29 de Enero. Exposición en la Esperanza de Triana

Esperanza de Triana. Exposición «Un sueño de forja y cerámica para la Esperanza», que estará centrada en la figura de José Recio del Rivero en horario de 11:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 21:00 horas. Circulo Mercantil e Industrial de Sevilla sita en la calle Sierpes, 65.

La exposición, comisariada por Ignacio Sánchez Rico, es uno de los actos culturales centrales organizados con motivo del IV Centenario de la Fusión de la Hermandad del Santísimo Cristo de las Tres Caídas con la de Nuestra Señora de la Esperanza, ocurrida en 1616 y que vamos a celebrar durante el año 2016.

El 25 de Enero presentación del anuario 2015 de la Hermandad a cargo de Daniel Otero López.

16 a 29 de Enero. 11:00 a 21:00 horas

UN SUEÑO DE FORJA Y CERÁMICA PARA LA ESPERANZA

Bajo este titulo tan evocador, la Hermandad de la Esperanza de Triana ofrece al visitante un repaso de la historia de la corporación de la «Madrugada» desde su reorganización en 1889 hasta 1963, año en el que se reanuda sus salidas profesionales desde la capilla de los Marineros. Se está celebrando el IV centenario de la fusión de las dos hermandades que dan origen a la cofradía penitencial actual; por una parte la de las Tres Caídas de Cristo, y por otra la de la Virgen de la Esperanza y San Juan Evangelista, la cual, a su vez, procedía de una fusión de dos hermandades anteriores muy antiguas, aprobándose en 1616 las primeras reglas como hermandad única con estos tres titulares. En este contexto se hace esta muestra que abre el año en que se conmemora la décima edición de «Circulo de Pasión».

Esta exposición es la primera muestra monográfica de los trabajos del destacadisimo pintor y ceramista José Recio del Rivero (Málaga 1874 – Sevilla 1957), que ocupó el cargo de director artístico de la célebre fábrica de Mensaque y Vera desde 1905 a 1946, y se le considera como uno de los más importantes diseñadores ornamentales cerámicos del regionalismo Sevillano. Su vida y su obra hasta ahora no han sido objeto de un estudio minucioso y esa es la laguna que se pretende completar con esta exposición.

Recio se forma en Sevilla en la escuela provincial de Bellas Artes, aquí conoce al pintor Manuel Rodríguez Pérez de Tudela que le introduce en el mundo de la cerámica. En 1895 comienza a trabajar en la firma Mensaque Hermano y Cía., entablando allí gran amistad con José Gestoso, que le conecta con el mundo artístico que supuso el embrión del regionalismo, del que va a formar parte en su génesis.

La obra de Recio es de una calidad y cantidad encomiable, el estilo de sus diseños proviene de la cerámica tríanera de los siglos XVI y XVII. Fue fundador y profesor de las clases de dibujo y cerámica del colegio Reina Victoria durante las décadas de los veinte y los treinta del siglo XX, y forma a las siguientes generaciones ceramistas. Obtuvo diversos premios y condecoraciones, como la medalla de oro y diploma de honor en la Exposición de Valencia.

En esta muestra se da a conocer su faceta como diseñador de un nuevo estilo procesional para la cofradía de la Esperanza, en el periodo que comprende desde 1908 a 1957, años en los que ocupó el cargo de consultor artístico de la hermandad creando un sueño de forja y cerámica para la Esperanza. Tomamos como hilo conductor la creación del estilo regionalista en su versión cerámica, que preside los dibujos de los enseres creados por él para esta corporación trianera, estos diseños influirán en todas las piezas realizadas con posterioridad a la muerte de Recio, en un raro ejemplo de unidad artística no muy común entre las hermandades sevillanas.

LA HERENCIA ROMÁNTICA

La Hermandad de la Esperanza de Triana se reorganizó en 1888, realizando al año siguiente su primera estación penitencial a la Catedral desde la iglesia de San Jacinto y ya en la madrugada del Viernes Santo.

La cofradía retoma, con los escasos enseres que poseía y que poco a poco va renovando, sus salidas, la vida corporativa y sus señas de identidad, las que poseyó durante todo el siglo XIX hasta que languideció y se desamortizó su capilla de los Marineros, manteniendo la «Sacra Conversación» en el paso de palio y la imagen de Cristo acompañado únicamente por el Cirineo.

La última década del siglo XIX, que coinciden con los primeros tras la reorganización, va a ir viendo cómo se estrena una serie de enseres con los que poco a poco la hermandad va consolidándose estética y artísticamente, algunos muy destacables y realizados por los mejores artesanos de la época como Rodríguez Ojeda, que trabajó para la corporación en su primera etapa artística, previa a la más revolucionaria y personal del siglo XX. La orfebrería de Justino de Guzmán o el paso negó barroco de José Salvago terminan por hacer pasar de una estética provisional y ya anacrónica a otra plenamente decimonónica, que irá a la vez evolucionando y perdiéndose poco a poco en los primeros años del siglo XX tras la supresión del acompañamiento de San Juan y la Magdalena en el paso de palio. Todo ello supone el «eslabón previo» y el contexto sobre el que se iniciará, ya en 1909, la renovación artística y patrimonial de la hermandad por parte de José Recio del Rivero.

LA COFRADÍA REGIONALISTA

En el último lustro del siglo XIX , la hermandad rompe con el romanticismo al estrenar el primer paso neobarroco de la Semana Santa sevillana. A este hecho le sucede el incendio de la Virgen de la Esperanza en 1898, que coincide con el desastre español tras la pérdida de su última colonia américana. Esto supone un punto de inflexión en el seno de la cofradía, ya que tras el incendio y la posterior restauración de la Virgen, el fervor a la Esperanza va a renacer como el «Ave Fénix», consolidándose como una de las principales devociones de la ciudad en el primer tercio del siglo XX.

Este resurgir desemboca en un proceso de mejoras del paso de palio que cristaliza con José Recio del Rivero, director artístico de la fábrica de cerámica de Mensaque y Vera, que llega a la hermandad en 1908, de la mano del nuevo hermano mayor Manuel Rodríguez Alonso, a la sazón fundador de la fábrica de cerámicas de Mensaque Rodriguez y cía., que le encarga el diseño de un nuevo manto de salida, que es la pieza clave para comprender la transformación estética y artística de cofradía.

Recio se inspira en la ornamentación de la cerámica de los siglos XVI y XVII, que estaban recuperando los industriales trianeros de la mano de José Gestoso y de él mismo como director de Mensaque, traspasando estos diseños, junto a los de la forja, al paso de palio y a las insignias del cortejo. Ésta será su novedosa aportación, piezas que se han convertido en referente del estilo regionalista, ya que es la primera vez que se usan los motivos cerámicos trianeros como fuente de inspiración «total» en unos bordados, aportación ciertamente original al diseño cofrade, situando a José Recio por derecho propio como uno de los grandes en este campo.

Elegir a un ceramista no fue casual ya que hay una intencionalidad de la junta de gobierno de dotar al paso de la Virgen de una personalidad propia fácilmente identificable con el barrio de Triana. El hecho de que la cerámica fuese una de las principales actividades industriales del barrio y que el gremio de los ceramistas formase parte del cuerpo social de la Hermandad de la Esperanza desde sus orígenes, convierten el estilo del paso en toda una seña de la identidad trianera.

EL LEGADO DE BANDARÁN

EL 15 de diciembre de 1885, nace el sacerdote don José Sebastián y Bandarán. Fue bautizado en la parroquia de la Magdalena, y a los catorce años de edad ingresó en el seminario de Santa María de Jesús, siendo ordenado sacerdote por el cardenal Almaraz en 1909. Fue doctor en las tres facultades de Sagrada Teología, canónigo de la Catedral Hispalense, juez sinodal del arzobispado, examinador del clero, censor eclesiástico, director de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, entre otros títulos y reconocimientos. En el ámbito cofradiero, fue director espiritual de varias de ellas: San Bernardo, el Silencio, Montserrat, el Museo, el Santo Entierro, Pasión, Vera-Cruz, el Amparo y esta de la Esperanza de Triana.

Desde 1923 estuvo vinculado a esta corporación trianera ejerciendo, como ya se ha indicado, la dirección espiritual y recalando en ella en un momento clave de su historia: la capilla de los Marineros estaba enajenada desde 1868, pasando por diversos propietarios hasta que la finca cae en manos de Carlos Jorge Welton Niño, quien la vende por un precio simbólico a la hermandad en 1939 gracias a la mediación del sacerdote. Sin embargo, no fue hasta veinte años después cuando él mismo bendice las obras de reconstrucción, regresando a ella en 1962. Falleció el 21 de Noviembre de 1972, y la hermandad le distinguió con su medalla de oro a título póstumo en 1973. Tras la preceptiva aprobación de la autoridad eclesiástica, el 28 de Marzo de 1987 sus restos fueron llevados a la capilla y depositados a los pies de su Esperanza.

Bandarán fue confesor de la familia real y acercó a Triana a la infanta Doña Luisa de Orléans,

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